Los impactos en el planeta gigante y en el de los anillos, en 1994 y 1983 respectivamente, alteraron los patrones de la materia que gira a su alrededor
El planeta de los anillos fotografiado por la sonda espacial |
Matthew Hedman (Universidad de Cornell) y sus colegas han basado su investigación, sobre todo, en las numerosas imágenes que tomó, en 2009, la nave espacial Cassini, de la NASA, que estaba entonces -y sigue estándolo- en órbita de Saturno. Muchas de esas fotografías se tomaron, precisamente, para investigar las características de los anillos aprovechando las sombras y luces y producían la especial posición solar en aquellos meses. "Entre las estructuras más sorprendentes reveladas por esas imágenes destaca una serie de bandas brillantes y oscuras espaciadas regularmente en todo el anillo C", escriben estos científicos en Science. Estas bandas no se habían identificado en fotografías enviadas previamente por la Cassini, aunque rasgos similares se conocían ya en otro anillo de Saturno, el C, y en el principal de Júpiter.
Al medir las propiedades de estas arrugas y hacer modelos acerca de cómo evolucionarían en el tiempo, los investigadores muestran que se forman por impactos de cometas contra los anillos, de manera que los restos alteran ligeramente su equilibro. Así rastrean el choque cometario en el disco de Saturno hasta 1983, cuando el planeta, casi en conjunción solar, no se veía bien desde la Tierra. Hedman y sus colegas concluyen que un cometa, de aproximadamente un kilómetro de diámetro, fue capturado gravitacionalmente por Saturno y se fraccionó en muchos trozos que acabarían colisionando con los anillos y provocando las ondulaciones que se aprecian aún años después.
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